jueves, 18 de febrero de 2021

TRABAJO INTEGRADOR DE LENGUA Y LITERATURA 1°6ta

Trabajo integrador de Lengua y Literatura para 3° 5ta.

Trabajo integrador de Lengua y Literatura Curso y división: 3° 5ta Prof: Lihué Pizarro 1. Defina el grotesco. La obra teatral “La nona” de Roberto Cossa, pertenece a este género. Justifique esta afirmación citando fragmentos y personajes de la misma. 2. Explique el modelo de construcción argumental de una obra de teatro. Recuerden que son 5. Para ello, mencionen ejemplos en la obra “La nona”. 3. Busquen palabras que utilizamos día a día y pertenecen al lunfardo. 4. Teniendo en cuenta que el castellano fue introducido en América, busca información de cómo llegó a nuestro continente. 5. Busca información sobre cuáles son las principales características del castellano. 6. ¿Cuáles son los idiomas que provienen del latín? 7. ¿Qué lenguas nacieron a partir de las invasiones visigodas? 8. ¿Cuál era la finalidad del Cantar de Mío Cid?

Trabajo integrador de Lengua y Literatura. 1° 1ra

 1°1° EPET 8 - Lengua y Literatura - TP INTEGRADOR para estudiantes en proceso*

*¿Qué hay que estudiar?*
- Leer la novela Querido hijo, estás despedido
- Leer el cuento "Llueve por fin"
- reglas de tildación (palabras agudas, graves y esdrújulas)
- sustantivos y adjetivos
- oraciones y párrafos

*¿Dónde consigo el material para descargar, leer y estudiar?*
Blog de Lengua y Literatura de la EPET 8
Se pueden descargar 3 archivos: 1) Querido hijo, estás despedido. 2) Llueve por fin. 3) La oración (tiene info de sustantivos, adjetivos y acentuación).

*¿Cuál es el TP Integrador para aprobar?*
Abrir el link. Escribir NOMBRE y APELLIDO. Click en EMPEZAR.
 *LINK DEL TP INTEGRADOR:* https://quizizz.com/join?gc=03790108  
Se puede realizar varias veces (siempre indicando nombre y apellido). Hay tiempo hasta el 25/02 para completarlo.

Cualquier consulta, no dudes en escribirme al mail  lenguayliteratura500@gmail.com

Saludos!

Trabajo integrador de lengua y Literatura. 1°5ta y 1° 7ma.

 

PRIMER TRABAJO  PARA ESTUDIANTES EN PROCESO

 

TRABAJO  DE LENGUA Y LITERATURA

1RO- QUINTA Y 1RO- SEPTIMA DE LA EpET 8

ENTREGAR  EL 25 DE FEBRERO 2021  AL

profedelenguachabela.2020@gmail.com

o a mi wasap 2995953061   CONSULTAME

Profe Marcela Quiroga

EL DIA 26 DE FEBRERO 2021 ENVIO UN SEGUNDO Y ULTIMO TRABAJO INTEGRADOR RECUPERADOR-

 

“ LLUEVE POR FIN” DE JORGELINA ETZE

Cuento – 1-Leer en voz alta –

Después por párrafos

La tierra, agrietada y amarillenta, recibe el agua con avidez. Desde  que cayó la última gota pasaron seiscientos cuarenta y tres días. Ya no hay vegetación. Ni sembrados, ni flores, ni césped.

Nada.

Los animales también se perdieron. Miles de cabezas de ganado  muertas de sed y hambre.

Pero ahora no ocurrirá lo mismo que la última vez. Ahora estamos  preparados: el sistema recolector almacenará hasta la última gota. El gobierno estableció un plan de racionamiento. Parte del agua se  embotellará y distribuirá con extremo control, otra parte se utilizará  para riego de los cultivos autorizados. Con el tercio restante, se  saciará la hacienda que aún resiste.

Llueve, por fin, y parece que no amainará pronto. El cielo enviciado, gris y feroz, anuncia una tormenta memorable.  Torrentes cayendo del cielo.

La humanidad se regocija en este festín de humedad. Probablemente los prados nunca volverán a ser verdes, quizá ya no  veremos ríos caudalosos; pero, con tanta agua, se llenarán los  cauces de los riachos. Llueve, y abro las ventanas, ansioso de inspirar el aire fragante,  cargado de tierra mojada.

Pero no es eso lo que huelo.

Azufre, ácidos, podredumbre.

La lluvia no es transparente, el agua no es cristalina… Llueve, por fin.

Pero ya es tarde.

.

© Jorgelina Etze – Biografia de la autora

Nació en Lomas de Zamora. Es abogada, cuentista y novelista  argentina. Publicó “No hay una sola forma de morir” (Cuentos, Paso  Borgo, 2013), “Cuentos con todo”, (Antología, Zona Borde, 2013),  “Cuentos de la Abadía de Carfax 4” (Antología, Paso Borgo, 2014),  “Cosas de chicos” Novela finalista del Premio Altazor de Novela en  Lima, Perú (Novela, Altazor, 2016), “Gracias totales” (Antología de  Cuentos tributo narrativo a Soda Stéreo, Altazor 2017) “Tantas  soledades” (Cuentos, Luvina, 2019). Forma parte de la Abadía de Carfax, círculo de escritores de horror y  fantasía.

2-Marcar los párrafos.

Marca y busca las palabras que no conozcas.  

( En el diccionario).

3- De qué trata esta narración? Contala con tus palabras. 4- Cual es el tema central?

5- Extrae 10 sustantivos, 5 adjetivos.

6. Extrae tres verbos conjugados , escribe su infinitivo 7- Con esas palabras ; los sustantivos , los verbos y los  adjetivos, escribe una breve historia , puedes agregar lugar ,  personajes , usa tu imaginación . Respeta puntos , comas ,  ortografía , que sea de dos o tres párrafos.

¿Cuáles son las características de  LOS CUENTOS DE  CIENCIA FICCION?

Características principales de un cuento de ciencia ficción

1- Existencia de tecnologías ficticias o aún por desarrollar. 2- Mayor impacto en menos páginas.

3- Un patrón de verosimilitud.

4- Presencia de personajes ficticios o aún no existentes. 5- Entornos futuros, espaciales o ficticios.

6- Sustento científico mínimo.

Las 3 Partes de un Cuento de Ciencia Ficción. Las tres partes  principales de un cuento de ciencia ficción son la introducción,  nudo y descenlace. 

Como cualquier texto narrativo, esta estructura es la más básica y  efectiva que permite que el receptor se familiarice con los elementos  y se interese por la historia.

8. Leer otro cuento: este es de ciencia ficción, es más extenso ,  te sugiero lo leas de una vez y otro dia lo vuelvas a leer .

Veinticuatro horas sin computadora

7 de julio de 2055 Aeropuerto de Ezeiza Provincia de Buenos Aires  República Argentina 

Desde la sala de control de pasajeros en tránsito del aeropuerto, la  agente Olivia observa los monitores que le muestran, día tras día,  miles de caras extrañas. Desde que la seguridad en el mundo está a  cargo de equipos informáticos que todo lo ven, lo escuchan, lo  registran, el crimen casi ha desaparecido. Quien comete un delito lo  hace como una forma de suicido o para conseguir cinco minutos de  fama. No hay manera de huir de las cámaras y sensores. 

La humanidad, sin embargo, parece agradecida. Lo que ha perdido  en intimidad lo ha ganado en paz. El precio a pagar, se rumorea, no  es tan alto. Sólo hay que olvidarse de las cámaras y seguir. Seguir  como si nadie te vigilara. La agente Olivia cabecea. Ordena  verbalmente a la cafetera que le sirva una lágrima, y vuelve a fijar la  vista en los monitores. A Olivia le gusta la palabra lágrima y la repite  por el solo hecho de escuchar su voz: lágrima, lágrima, lágrima. La  cafetera despacha a velocidad otros tres pocillos que se empujan y  se derraman. Todo está en orden. En el aeropuerto, los pasajeros se  mantienen sentados en los cómodos sillones provistos de una  pantalla multifunción, y sólo se escucha el susurrar de las

conversaciones que mantienen con rostros virtuales o la música que  se filtra a través de los auriculares. Algunos utilizan pequeños  teclados inalámbricos para enviar mensajes de texto, o escriben  directamente sobre la pantalla con sus punteros. Quien desea ir al  baño aprieta una tecla que enciende sobre el piso una guía de luz  amarilla, que lo llevará hasta el lugar indicado, y le reserva el sillón  hasta su regreso. En caso de tener que abordar su vuelo, será una  luz azul la que lo lleve en la mínima cantidad de pasos. El camino de  luz roja está reservado para las emergencias, por supuesto. La  agente Olivia sabe, por experiencia, que muchos se aguantan las  ganas de orinar porque les avergüenza seguir la línea amarilla frente  a los ojos de los extraños. Ya lo ha hablado con la gente de sistemas,  y ha dejado a estos enfrascados en una interesante discusión sobre  el color de las líneas guías. La agente Olivia se siente feliz de ser útil.  Recita para sí el lema de su oficio: "un hombre permanentemente  ocupado, comunicado, ordenado y entretenido es un hombre feliz. Un  hombre feliz no comete crímenes". D La agente observa un monitor  y fija su vista en una adolescente. La chica está sentada en uno de  los sillones. La agente Olivia continúa con su recorrido visual, pero  enseguida regresa a ella. Algo está mal, su olfato, su experiencia, se  lo dicen. Con rapidez, coloca todo el arsenal de sensores sobre la  niña, y la bombardea con rayos invisibles que le ofrecen una lectura  completa de la sospechosa. Lástima, se queja la agente Olivia, de  que la máquina para leer pensamientos esté aún en período de  prueba. Que dos o tres conejillos de indias de cada diez, sufran  amnesia permanente luego del experimento, no prueba nada, opina  Olivia. Nada. Desde la sala de control de pasajeros en tránsito del  aeropuerto, la agente Olivia dice "comandante", y al instante el  pequeño teléfono celular que tiene adherido a su charretera  izquierda, la comunica. Inclinando apenas la cabeza, la agente inicia  la siguiente conversación telefónica con su superior. —¿Qué pasa,  Olivia? —responde el comandante Varela. —Me acaba de interrumpir  el internacional de pacman. —Ese es un juego del siglo pasado,  señor. —¿Y usted cree que no lo sé, Olivia? ¿Sabe cuántos expertos  quedamos en el mundo? —Tengo una sospechosa en la mira, señor.  —Dígame la lectura del sensor. —Mujer de 12 años, Melody Keper,  caucásica, 1,35 metros de altura, 40 kilos, cabello castaño, ojos

verdes, huellas de ortodoncia, un pequeño tatuaje no permanente en  la mano derecha: un duende. Vestimenta adecuada. Accesorios  usuales. —Me está describiendo a todas las adolescentes del  mundo, Olivia. Mi propia hija podría ser. ¿Qué está haciendo esta  muchacha para que a usted le parezca sospechosa? —Está... está  conversando, señor. —No le entiendo Olivia, ¿está qué? — Conversando, señor. —Bien, está conversando. ¿Con su novio, con  una amiga, con un terrorista? ¿A quién tiene visualizado en la  pantalla? —La pantalla está apagada, señor. —¡Entonces sea más  clara, Olivia! —Le habla a las personas que sientan en los sillones  más cercanos. —¿Y... estas personas qué hacen, le responden? — No señor, he estado observando un buen rato, y en general las  personas se levantan y huyen a otros sillones. —Haga una lectura  electrónica, Olivia, dígame qué aparatos tiene esta muchacha. Tal  vez su pantalla no funciona y está pidiendo auxilio. Puede suceder.  Siempre hay una primera vez. —Ya lo he hecho, señor. Su pantalla  funciona correctamente. En este mismo momento podría estar  escuchando música, mirando una película, chateando, enviando  mensajes de texto. Y no lleva nada. Ni un celular, ni una computadora  de mano, ni una agenda electrónica, ni un reproductor de música  digital, ni una cámara fotográfica. Nada señor. Y... y... —¿Y qué  Olivia? —Sonríe. Sonríe mucho y hace ademanes, y mueve la  cabeza y, aunque continúa sentada, parecería que no puede  quedarse quieta. —Olivia... le puedo enviar un láser en menos de dos  minutos. Lo acabamos de calibrar. Yo creo que puede darle entre los  ojos, y esta Melody Keper ni se va a dar cuenta de lo que le sucedió.  —No creo que haga falta todavía, comandante. —Olivia... acabo de  poner al aeropuerto en nivel bermellón. Ya estamos allá. —¿Qué  color, señor? El comandante Varela envía un mensaje de texto a su  esposa informándole que no chateará con ella a las 20 horas. Luego  chequea con su radio la ubicación de su personal, del equipo  especializado y la cantidad de armamento del que dispone.  Enseguida hace un ruido con los dientes que sólo él sabe hacer, y  todo su despacho queda a oscuras. Cuando sale, una línea de luz  roja se dibuja en el piso y lo guía hacia el auto eléctrico y automático  que lo espera a centímetros de su puerta. Este lo conduce cuatro  metros por un pasillo, hasta el despacho de la agente Olivia. Por

costumbre, o tal vez por exceso de disciplina, el comandante Varela  no puede dejar de mirar la guía, como si temiera perderse. —¿Me  tiene algo nuevo? —pregunta el comandante Varela a la agente  Olivia, sin quitar la vista de los monitores. La agente Olivia mira su  reloj. —Hablé con usted hace escasos cuarenta segundos. Lo  esperaba para actuar. —Bien... hace usted bien... ¿Hace cuánto que  no tenemos una alerta granate? —Demasiados años, comandante.  Cuando llegó ese famoso cargamento de conejos que escaparon y  sembraron terror entre el público. —Eran unos deliciosos conejos, si  uno sabe marinarlos. Bien... vamos a rodear a esta muchacha, que  no pueda escapar ni siquiera a través de un cable. Averigüe con el  departamento legal si esta menor tiene algún derecho, o si estos se  anulan cuando uno sale de su casa desconectado. En este caso  siempre tenemos a disposición el láser. Actuaremos como  corresponda para salvar la integridad de la Nación y la paz del  mundo. —Comandante... yo estoy lista para ocuparme del caso. — ¿Qué le pasa, Olivia, acaso aquí le falta acción? —Oh, no señor, es  que hice unos cursos de psicología infantil y esas cosas, ¿vio?  Juegos en red, rap, maquillaje fluo... y creo que podría ayudar. — Ocúpese. Sin que nadie sospeche, ni se detecte cambio alguno en el  movimiento del aeropuerto, varios agentes de civil rodean a Melody  Keper. La agente Olivia se acerca a ella y ocupa el sillón a su lado. A  pesar de su edad (tiene más de 40 años), va vestida con ropas típicas  de adolescentes, lo cual le otorga un aire decididamente ridículo. La  agente Olivia, sin embargo, cree que así logrará la empatía de la  chica. Melody ve acercarse a la mujer, y no puede menos que reír.  La agente Olivia lo toma como una señal de peligro y coloca su mano,  disimuladamente, sobre el seguro de su arma. La agente se  acomoda, y enfoca su vista sobre la pantalla de su asiento, como si  fuera una mujer cualquiera esperando su vuelo, o la llegada de un  familiar no muy querido. Su escuadrón la observa y escucha a  distancia. —Hola —dice Melody. —... —Hola —repite Melody. —¿No  funciona tu pantalla? —pregunta la agente Olivia. —Oh, sí, supongo  que sí, no la he prendido todavía. —Te sugiero que lo hagas. — Quiero hablar. Me di cuenta de que me gusta hablar —dice Melody.  —A mí también me gusta hablar —responde la agente, distante— pero sólo con mi pantalla. No converso con extraños. —Justo hoy

pensé que si pudiera presentarme, ya nadie sería extraño, ¿no lo  cree usted? Soy Melody Keper. La agente Olivia duda. Ningún ser  normal se presentaría a otro de esa manera. Trata de recordar todo  lo que ha aprendido en los cursos, de rememorar cada pantalla que  ha leído, pero no encuentra nada que la ayude en este momento. Lo  único que sabe de los dementes es: "Si recibes un correo electrónico  de una persona con sus capacidades mentales alteradas, que  consideres un peligro para la sociedad, denúncialo". —Olivia Yávez.  —¡Entonces ya nos conocemos! —se exalta Melody—. Hoy intenté  hablar con varias personas, pero nadie me respondió. —¿Y qué tiene  de bueno hacerlo así...? —quiere saber Olivia. —Bueno... ¿no siente  que a veces la computadora es fría? Es verdad que podemos ver a  la otra persona, escucharla, pero... tengo la impresión de que  siempre se trata de personajes, de que la gente no es real de esta  manera. Cuando podes borrar lo que escribiste antes de enviarlo,  releerlo, pensarlo dos veces, y enviar sólo fotos o videos que te  favorezcan, bueno... perdemos espontaneidad, no terminamos de  conocernos. —¿Desde cuándo pensas eso? —Mmm... van a ser  veinticuatro horas. —¿Y qué pasó hace veinticuatro horas? —Venía  con mis padres hacia el aeropuerto, para tomar un avión. En el auto  estaba viendo una película en el reproductor de DVD, y de pronto se  quedó sin batería. —¿Tus padres no la habían cargado lo suficiente?  ¿No acostumbran llevar baterías de repuesto? —Supongo que sí...  pero esta vez se habían olvidado, parece. —Es un grave error —dice  la agente Olivia y toma nota mentalmente: "investigar a los padres".  —Entonces, como no podía mirar la película, casi enloquezco.  ¡Estaba en un auto en medio de una ruta! ¡Entre la nada! —Me lo  imagino. —Y fue en ese momento cuando levanté la cabeza y miré  por la ventanilla y vi... vi.... —¿Qué viste? —Una vaca. —El letrero de  una vaca. ¿Una vaca en una pantalla gigante de publicidad? —No,  una vaca de verdad. Blanca con manchas negras. Una vaca muy  linda. —¿Y eso fue todo? —Había otras vacas también. Pero más  lejos, y eran así de chiquititas. Supongo que de otra marca. —Raza  —la corrige la agente Olivia. —Pero esta blanca y negra —continúa  Melody sin prestarle atención— estaba cerca y la vi bastante bien. La  vaca también me miró, creo. —¿Y...? —Y entonces me di cuenta de  que era la primera vez en mi vida que miraba a alguien a los ojos, y

que ese alguien me devolvía la mirada, aunque fuera una vaca, y me  emocioné mucho. Casi me pongo a llorar. Fue como una revelación.  —¿Y todo eso te pasó por ver una vaca? —Sí, qué raro, ¿no? Por  eso ahora no quiero prender la pantalla. Quiero saber quién está a  mi lado y cómo se llama. Descubrir todo lo que existe a mi alrededor.  Conversar. —¿Con la vaca también conversaste? —Oh, no... las  vacas no hablan, me parece. Le vuelvo a decir que nunca había visto  una. Pero no sabe qué distinta me pareció a cómo son las vacas en  la pantalla. Como si siempre me hubieran enseñado una vaca que no  es vaca, ¿me entiende? Hasta presentí que el gusto de un churrasco,  de ahora en más, me parecerá diferente. —¿Hablaste de esto con  tus padres? —No... llegamos al aeropuerto, y ellos no paraban de  hablar por sus celulares, y me parece que se fueron en el avión. — ¿No los seguiste? —Sí... no... lo que pasa es que cuando llegamos  al aeropuerto yo estaba pensando en la vaca y... y entonces pasó lo  otro. —¿Qué otro? —Lo vi... a él... —¿A quién? —A un chico. Lo miré  a los ojos, como había hecho con la vaca, y él me miró, y creo que le  dio vergüenza porque enseguida se puso a cambiar la música de su  iPod. —Es que las personas no miramos a los ojos, Melody, miramos  a la pantalla. —Sí, sí, ya lo sé. Sé que mirar a los ojos es una falta de  respeto y todo eso. Pero me pasó. Y desde entonces no puedo  pensar en otra cosa. —¿En la vaca? —En el chico. Tengo... tengo  mariposas en el estómago desde que lo vi. —¿Te comiste una  mariposa? —No, es una forma de decir, creo. ¡Se me ocurren tantas  cosas desde que me desconecté! Son como cosquillas. Yo sólo lo  miré a los ojos pero... fue como si también hubiera visto su alma. — Melody... ¿te colocaron algún tipo de sensor láser en los ojos? ¿Te  hicieron alguna cirugía? —¡No! ¡Qué locura! —Entonces no entiendo  cómo pudiste ver el alma de una persona a través de sus ojos. — Míreme. —¿Qué? —Míreme a los ojos. La agente Olivia hace el  esfuerzo y fija su mirada en la mirada de Melody. Su equipo se  impacienta. —¿Y...? —pregunta Melody—. ¿La vio? —¿Qué cosa?  —Mi alma. —No, nada. —A mí tampoco me sale ahora. Pero con el  chico sí que me pasó, se lo aseguro. Yo creo... —Melody baja la voz  y la agente Olivia tiene que acercar su oído a la boca de la muchacha  para entender— que es eso que llaman amor... Amor a primera vista.  —¡Qué tontería! —exclama la agente Olivia—. El amor es un proceso

que nace y se desarrolla luego de mucho tiempo de conexión,  Melody. El amor no surge de la nada, sino del conocimiento de la otra  persona, que sólo se puede hacer mediante chats, llamadas,  búsquedas en la red, e intercambio de fotografías digitales, videos, o  archivos musicales. —No sé... yo le cuento lo que me pasó. —Lo que  te pasa, querida, es que por haber estado desconectada veinticuatro  horas, estás sufriendo un ataque de abstinencia. Tienes  alucinaciones, crees ver cosas, y te sentís así, como borracha. —Oh,  no me importa. ¡Me gusta cómo me siento, y nunca voy a volver a  conectarme! ¡Nunca! La agente Olivia considera que el caso debe  cerrarse, y apenas dice unas palabras a su celular, los agentes  rodean a Melody y se llevan por una guía de luz verde que, a su paso,  se va apagando. La agente Olivia había olvidado la existencia de ese  color. La línea de los locos. Desde que ella está a cargo de la sala de  control de pasajeros en tránsito del aeropuerto, nunca se ha usado.  Una linda novedad para un día agitado. De regreso a su oficina, la  agente Olivia informa al comandante Varela que Melody Keper está  siendo reconectada por el Departamento Médico Forense del  aeropuerto. Le recuerda, además, de que si comenzaran a utilizar la  máquina para leer pensamientos, no haría falta toda ese  enfrentamiento cuerpo a cuerpo que tan agotada la ha dejado. Tan  sucia. La atención de la agente Olivia regresa a los monitores. De  derecha a izquierda, y otra vez de izquierda a derecha, y allí está. El  premio gordo. Un muchacho. Mira hacia todos lados como buscando  algo, y se ha desnudado de todos sus aparatos. La agente Olivia  sabe qué está buscando: la mirada de Melody Keper. —¡Dios mío! — suspira— es contagioso. Mirar el alma de la gente contagia, dicta a  su computadora. En pocas horas el aeropuerto estará lleno de  adolescentes que miran a los ojos y conversan y se mueven y se  deshacen de sus teléfonos celulares, piensa la agente Olivia. Que se  encargue el del turno nocturno, decide. Antes de retirarse, la agente  Olivia se conecta a la red y pide fotografías, videos y sonidos de  vacas, e informes técnicos y estadísticas sobre amor a primera vista.  Mira una vaca. Mira otra. Hace zoom sobre los ojos de una tercera.  ¿Qué es lo que ha visto esa muchacha? ¿Qué es...? ¿Qué es...?  Verónica Sukaczer In: 24 horas sin computadora

9- Cuál es el tema de este cuento?

10- Quienes son los personajes?

11- Es una realidad posible? Porque?

12-Porque es de ciencia ficción?

13-Es actual? En qué año se situa la narración?

14-Cuales temas trata?

15-Cambiale el final , puedes agregarlo o elegir alguna parte del  cuento y seguirlo vos.

Éxitos!

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Profe Marcela Quiroga

Trabajo integrador de lengua y Literatura. 1°3ra

 

 

Trabajo integrador de Lengua y Literatura

 

TEMAS:

   Clases de palabras: EL SUSTANTIVO, EL ADJETIVO:

   El circuito de la comunicación: Elementos y funciones.

 

   Extraer del siguiente texto las siguientes clases de palabras sustantivos, adjetivos y artículos.

ESPEJOS

La antigüedad clásica no conoció los espejos. Los sirios inventaron el vidrio soplado cien años antes de Cristo. Pero se trataba de un vidrio opaco. Recién en el siglo XIII, en Venecia, se pudo obtener vidrio totalmente incoloro y transparente.

 

Las técnicas eran absolutamente secretas. Los artesanos trabajaban en una isla muy vigilada y las penas para los infidentes eran de la mayor severidad.

En 1291 los venecianos descubrieron que si se revestía el vidrio con una lámina de metal se obtenía una superficie cuyos reflejos eran nítidos y luminosos.

Durante muchos siglos, las personas sólo podían mirarse en el reflejo de las aguas quietas o en superficies de metal pulido.

Pero como la quietud de las aguas no eran frecuentes y el metal pulido era demasiado oneroso, casi nadie conocía su propio aspecto. Las noticias que uno tenía cerca de su fealdad o belleza provenía de testimonios ajenos, siempre teñidos de subjetividad, cuando no de malicia.

El padre Sallinger aseguró en el siglo XVIII que el mundo de los espejos y el mundo de los hombres no siempre estuvieron incomunicados. Hace muchos siglos ambos reinos vivían en paz y eran diversos, es decir, no coincidían como ahora sus formas y colores. Los espejos no eran sino puertas que comunicaban un reino con otro.

Pero un día la gente del espejo invadió la tierra. Hubo una larga lucha y finalmente el Emperador Amarillo derrotó a los invasores. El castigo que les impuso fue horroroso: los encarceló en los espejos y los obligó a repetir todos los actos de los hombres.

Así están las cosas ahora. Pero un día la gente del espejo volverá a rebelarse.

Primero advertiremos algunas imperfecciones en los reflejos. Después oiremos sonidos extraños hasta que un color no parecido a ningún otro señalará el comienzo de la nueva invasión. Las barreras de vidrios se romperán y esta vez la gente del espejo vencerá.

Es probable que los sucesores del Emperador Amarillo ejerzan vigilancia permanente sobre el mundo del espejo. Quién sabe qué clase de atentos guardianes estarán pendientes de la mínima heterodoxia de las imágenes para dar la voz de alarma. Tal vez la rebelión esté próxima y también la venganza. Acaso pronto conozcamos la horrible la condena de repetir servilmente los movimientos ajenos.

Pero en este último instante aparece una idea perturbadora. ¿Quién nos asegura cuál es exactamente nuestro lado en el espejo? ¿Quién puede jurar que decide sus movimientos?

Cabe la ansiada posibilidad de que otros estén tomando nuestras decisiones sin que nosotros nos sospechemos siquiera. Y quizá hasta nuestro más soberano grito de libertad no sea sino el cumplimiento de unas conductas que amos desconocidos nos imponen.

En ese caso el color misterioso no debe ser para nosotros una posibilidad alarmante sino una esperanza. ¡Que tiemble el Emperador Amarillo! La hora de la venganza suena sólo para los derrotados.

                                                                                                                                               

                                                                                                                                                  Alejandro Dolina. 

 

Sustantivos

Adjetivos

Artículos

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Para recordar:

LA COMUNICACIÓN:

Como sabes, vivimos en una sociedad donde la información se ha convertido en algo fundamental.

La comunicación es la transmisión de información. Puede ser verbal o no verbal.

 

La comunicación verbal y la comunicación no verbal.

La comunicación por medio de las palabras se llama comunicación verbal, y es característica del ser humano. Puede ser oral o escrita.

En la comunicación verbal usamos una lengua; el castellano, el inglés, francés, la lengua de signos, etc.

Vamos a tener en cuenta que una lengua es un código que los hablantes comparten y usan para comunicarse. Para que exista comunicación, el emisor y el receptor deben conocer el código utilizado.

Pero las personas también nos comunicamos con la mirada, con los gestos, con la postura del cuerpo: es la comunicación no verbal.

Otras formas de comunicación no verbal son las señales de tránsito, las banderas, las señales acústicas (el timbre de la clase o el del teléfono, etc.)

LOS ELEMENTOS DE LA COMUNICACIÓN.

La comunicación es un proceso en el que intervienen varios elementos.

Observa el siguiente esquema de la comunicación:

 

 

 

   Observa la siguiente imagen:

   El emisor elabora y transmite una información.

El juez ordena a las atletas que se preparen detrás de la línea.

   El receptor recibe la información, la comprende y reconoce la intención del emisor.

Las atletas comprenden el mensaje y la intención del juez.

   El mensaje es la información que el emisor transmite al receptor.

El mensaje es lo que dice el juez: “¡listas! ¡ya!”

   El código es el conjunto de signos (palabras, gestos…) y de reglas para combinarlos que se usan en la elaboración del mensaje.

Aquí se utiliza la lengua castellana.

   El contexto es el conjunto de circunstancias que rodean el acto de la comunicación.

En este caso, se trata de la salida de una carrera de velocidad.

   El canal es el medio por el que se transmite el mensaje. Canal oral y canal visual:  la línea telefónica, las ondas sonoras, la escritura, etc.

Referente: aquello sobre lo que habla el mensaje, su tema. (este elemento no aparece en el esquema, pero es muy importante poder diferenciarlo).

 

   Reflexionamos acerca de las diferencias entre oralidad y escritura. Algunas preguntas orientadoras son:

• ¿Qué es la comunicación?

• ¿Qué necesitamos para comunicarnos?

• ¿Qué es un mensaje?

• ¿Qué código usamos nosotros para comunicarnos?

• ¿Qué nos permite la escritura que no nos permite, por ejemplo, la gestualidad?

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

   Para recordar:

¿A cuál de estos géneros dirías que pertenecen Querido hijo: estás despedido de Jordi Sierra y “Algo terrible va a suceder en este pueblo” de Gabriel García Márquez?

            Comencemos con el macrogénero narrativo. Decimos ‘macrogénero’ porque es un gran género que abarca a otros. Todos los géneros narrativos (novela, cuento, leyenda, mito, fábula) se caracterizan por contar una serie de hechos. A menudo esos hechos se nos cuentan respetando el orden temporal. Además, los géneros narrativos tienen una estructura común:

INTRODUCCIÓN (o inicio)  >>>  NUDO (o complicación)  >>>  DESENLACE (o resolución)

            En la introducción, se indica el lugar y el tiempo (ambos conforman el marco) en que transcurren las acciones y se presenta a los personajes. A continuación, aparece algún tipo de problema o dificultad que rompe la armonía inicial. Por último, la situación se resuelve, ya sea de forma positiva o negativa para los personajes.

            En el caso de textos narrativos más extensos, como son las novelas, este esquema de tres fases se va repitiendo en la medida en que el/los personajes protagonistas viven una serie de aventuras, secuenciadas en capítulos.

            Como son más largas, las novelas suelen ser más complejas: se pueden permitir tener más personajes, contar acciones muy distantes en el tiempo y en el espacio, alterar la línea temporal del relato (contar los hechos de manera desordenada), incluir fragmentos que imitan a otros géneros (literarios o no) o narrar desde distintos puntos de vista.

            Respecto de esto último: como sabrán, en los textos narrativos siempre hay por lo menos una voz que nos cuenta los hechos. Esta voz se llama narrador y no es lo mismo que el autor o la autora del libro. El autor es una persona de carne y hueso, es real; el narrador es una voz inventada: también es ficticia.

            A veces es un personaje que estuvo en el desarrollo de los hechos: en ese caso se trata de un narrador protagonista (nos cuenta lo que vivió en carne propia) o de un narrador testigo (cuenta lo que vio que le pasó a alguien más).

            A veces es ajeno a los hechos: ya sea como alguien que cuenta solo lo que se puede ver y escuchar, al modo de una cámara (narrador observador) o bien como alguien que sabe todo acerca de los personajes, incluyendo lo que piensan y sienten (narrador omnisciente, esto es, que sabe todo).

            Para llevar esto a textos concretos, identifiquemos sintéticamente respecto de los que ya leímos (Querido hijo… y “Algo terrible va a suceder…”):

  El marco y los personajes.

  La complicación principal (o nudo) de cada historia.

  ¿Cómo se resolvió esa complicación al final?

  La clase de narrador.

            A continuación, leeremos un cuento llamado “El peatón” del escritor Ray Bradbury (enviado como archivo adjunto). Luego de finalizar la lectura, respondemos las siguientes preguntas:

  1. Indicá el marco de la historia (lugar y tiempo) y quién es el personaje principal.
  2. ¿Qué hacía habitualmente esta persona? (esto sería la situación inicial).
  3. ¿Cuál es el conflicto que viene a cambiar la situación inicial? (esto es el nudo, la complicación).
  4. ¿Cómo termina la historia? (el desenlace de la complicación).
  5. ¿Cuál es el tipo de narrador?
  6. ¿Por qué razón a pesar de ser escritor el personaje dice que hace mucho no ejerce su trabajo?
  7. ¿Dónde está el resto de las personas de la ciudad? ¿Por qué no salen a la calle?